Cómo Funciona la Terapia con Luz Roja: La Ciencia de la Fotobiomodulación y el Alivio del Dolor

Comprensión de la Terapia de Fotobiomodulación (PBMT) y la Producción de Energía Celular
La terapia con luz roja funciona mediante algo llamado fotobiomodulación, o PBMT por sus siglas en inglés. Básicamente, utiliza ciertas longitudes de onda de luz entre aproximadamente 630 y 940 nanómetros que logran penetrar en los tejidos corporales y activan la actividad en esas pequeñas fuentes de energía dentro de las células llamadas mitocondrias. Cuando esto ocurre, estudios sugieren que la producción de ATP puede aumentar entre la mitad y tres cuartas partes más bajo buenas condiciones, según investigaciones publicadas por Karne en 2023. Y cuando las células producen más ATP, tienden a repararse mejor y a funcionar de manera más eficiente también. Desde una perspectiva más amplia, un artículo de revisión completo publicado en The Journal of Pain en 2021 señaló aspectos interesantes sobre la PBMT reduciendo el estrés oxidativo dañino, al mismo tiempo que activa importantes procesos de señalización que ayudan a que los tejidos dañados se recuperen adecuadamente.
Estimulación Mitocondrial, Citocromo c Oxidasa y Síntesis de ATP
La citocromo c oxidasa actúa como el principal receptor de color en PBMT y absorbe la luz roja y cercana al infrarrojo, lo que acelera el movimiento de los electrones a través de su cadena de transporte. Este proceso puede aumentar la producción de ATP en células estresadas en aproximadamente un 200 por ciento según los hallazgos de Sommer en 2022, además ayuda a reducir los problemas de bloqueo por óxido nítrico. Estudios clínicos muestran que cuando las células absorben esta energía lumínica, en realidad comienzan a combatir los procesos de muerte celular, lo que las protege contra la descomposición celular típicamente observada en personas que sufren de problemas de dolor a largo plazo.
Papel de la Luz Roja y Cercana al Infrarrojo en la Reparación y Recuperación de Tejidos
Las longitudes de onda rojas alrededor de los 660 nm e infrarrojas cercanas a los 850 nm pueden penetrar bastante profundo en los tejidos corporales, aproximadamente de 5 a 10 milímetros de profundidad. Estas longitudes de onda actúan reduciendo la inflamación mientras ayudan al cuerpo a producir más colágeno también. Algunos estudios en personas han mostrado resultados reales. Un estudio en particular descubrió que personas con dolor crónico en la parte baja de la espalda vieron reducir sus síntomas en aproximadamente un treinta por ciento cuando siguieron tratamientos regulares (Chow et al., 2007). Y aún hay más, ya que la luz infrarroja cercana también mejora la circulación sanguínea y ayuda a drenar líquidos de áreas inflamadas. Esto es realmente importante para tratar esos problemas inflamatorios persistentes que vemos en condiciones como la artritis o tendones lesionados donde los tejidos más profundos están afectados.
Mecanismos Antiinflamatorios de la Terapia con Luz Roja en el Manejo del Dolor Crónico
Modulación de Citocinas y Medidores Inflamatorios: TNF-α, IL-1β y COX-2
La terapia con luz roja actúa en el alivio del dolor dirigiéndose a esas molestas señales proinflamatorias en el cuerpo. Investigaciones muestran que puede reducir los niveles de Factor de Necrosis Tumoral alfa (TNF-α) en aproximadamente un 39% y la Interleucina 1 beta (IL-1β) en cerca de un 42% en el líquido alrededor de las articulaciones, lo cual interfiere con la reacción en cadena inflamatoria observada en problemas a largo plazo, como la artritis, según el trabajo de Hamblin de 2017. Otra cosa digna de mención es cómo este tratamiento impide que la enzima Ciclooxygenasa 2 (COX-2) funcione eficazmente, lo que naturalmente disminuye la producción de prostaglandinas, unas sustancias que sabemos causan un aumento en la sensibilidad al dolor. Cuando ambos efectos ocurren simultáneamente —la supresión de estos químicos inflamatorios y la calma en la actividad enzimática— básicamente se crean mejores condiciones para que los tejidos se regeneren. Esto explica por qué muchas personas encuentran alivio para sus problemas persistentes de dolor muscular y articular al usar regularmente la terapia con luz roja.
Evidencia de estudios en animales y humanos sobre la reducción de la inflamación
Estudios que han analizado a diferentes animales han mostrado que la terapia con luz roja sí parece combatir bastante bien la inflamación. Cuando los investigadores la probaron en ratas con artritis, descubrieron que la exposición a luz infrarroja cercana redujo la hinchazón de las articulaciones en aproximadamente un 38 % en comparación con lo que ocurrió en el grupo de control. Este efecto parece actuar a través de algo llamado vía NF-kappa B, según un informe publicado en el Journal of Inflammation Research en 2020. Y los humanos tampoco somos inmunes a estos beneficios. Un estudio reciente siguió a 140 personas que sufrían de tendinitis crónica durante seis semanas. Aquellos que recibieron el tratamiento con luz reportaron un 31 % menos de dolor en general. Lo interesante es que sus análisis de sangre también mostraron niveles más bajos de proteína C reactiva, que disminuyó un 25 %, además de una mejor capacidad de movimiento. Estos resultados se repiten una y otra vez en distintos estudios, lo que hace que la terapia con luz roja parezca una opción sólida cuando los medicamentos tradicionales simplemente no son eficaces para manejar condiciones de dolor inflamatorio.
Evidencia Clínica y Eficacia de la Terapia con Luz Roja para el Dolor
Resultados de ensayos controlados aleatorizados sobre alivio del dolor
En 2022, investigadores analizaron 37 estudios diferentes publicados en la revista European Journal of Physical and Rehabilitation Medicine y descubrieron algo interesante acerca de la terapia con luz roja. Para personas que sufren problemas como osteoartritis o fibromialgia, este tratamiento redujo realmente sus niveles de dolor entre un 38% y un 52%. Quienes tenían problemas en el cuello reportaron alrededor de un 47% mejor movimiento después del tratamiento en comparación con quienes tomaban placebos. Pero hay un inconveniente. En cuanto al dolor lumbar, los resultados no fueron tan claros. El estudio señaló que estos resultados mixtos sugieren que aún necesitamos pautas más claras sobre cómo aplicar exactamente esta terapia si queremos obtener resultados consistentes en diferentes pacientes y clínicas.
Revisión sistemática de protocolos de tratamiento: duración, frecuencia y exposición
Los mejores resultados parecen obtenerse cuando los tratamientos utilizan luz en el rango de 660 a 850 nm, con niveles de potencia entre 10 y 50 mW por centímetro cuadrado, durante aproximadamente 3 a 10 minutos por punto. Un análisis conjunto de 29 estudios diferentes también revela algo interesante: cuando las personas recibieron alrededor de 8 a 12 sesiones distribuidas a lo largo de cuatro semanas, reportaron una reducción del dolor casi un 72 por ciento superior en comparación con quienes recibieron menos tratamientos. La mayoría de los expertos coinciden en que determinar la dosis correcta de energía es fundamental y depende en gran medida de la profundidad de los tejidos. Por ejemplo, los músculos superficiales podrían requerir solo alrededor de 4 julios por centímetro cuadrado, mientras que las articulaciones más profundas generalmente necesitan entre 8 y 12 julios.
Comparación con tratamientos farmacológicos: seguridad y eficacia
Los estudios han encontrado que la terapia con luz roja funciona aproximadamente tan bien como los AINE para personas con dolor de osteoartritis leve a moderada en alrededor de dos tercios de los casos, y no viene acompañada de los problemas estomacales que suelen ocurrir al tomar estos medicamentos durante largo tiempo. Analizando los datos clínicos, solo alrededor de 5 de cada 100 personas que usan la terapia con luz roja experimentan algún efecto secundario, principalmente calor temporal o enrojecimiento de la piel. Esto es mucho mejor en comparación con cerca de una de cada cinco personas que sufren efectos secundarios por medicamentos recetados para el dolor. Cierto, las pastillas suelen reducir los síntomas más rápidamente, pero la investigación sugiere que la terapia con luz roja realmente es mejor para combatir la causa raíz de la inflamación con el tiempo. Aproximadamente 8 de cada 10 pacientes con artritis en la rodilla aún sienten buenos resultados seis meses después de finalizar el tratamiento, lo que hace que este enfoque sea digno de consideración para quienes buscan un alivio más duradero sin todos los riesgos asociados a los medicamentos.
Longitud de onda óptima, dosis y parámetros de tratamiento para alivio del dolor

Intervalos de Longitud de Onda Efectivos: 600–700 nm (Rojo) y 800–900 nm (NIR)
La terapia con luz roja funciona con intervalos específicos de longitudes de onda para abordar el dolor en diferentes profundidades del cuerpo. Estudios indican que la luz roja entre 630 y 700 nm se absorbe en las capas superiores de la piel, aproximadamente entre 1 y 10 milímetros de profundidad. Esto la hace adecuada para tratar irritaciones en la piel o músculos adoloridos después del ejercicio. El rango de infrarrojo cercano, de 800 a 900 nm, penetra mucho más profundamente en los tejidos, a veces hasta alcanzar los 50 mm bajo la superficie. Debido a esta penetración más profunda, estas longitudes de onda son especialmente útiles para personas que enfrentan problemas crónicos en articulaciones o tendones. Considerando investigaciones recientes de 2022, los científicos revisaron múltiples estudios y observaron que cuando los pacientes usaron dispositivos que emiten luz en longitudes de onda de 810 a 850 nm, experimentaron una reducción del dolor por osteoartritis de aproximadamente el 40 % en comparación con quienes no recibieron ningún tratamiento.
Tipo de Longitud de Onda | Profundidad de penetración | Objetivos Clínicos |
---|---|---|
660 nm (Rojo) | 5â10 mm | Recuperación muscular, síntesis de colágeno |
850 nm (NIR) | 30â50 mm | Inflamación profunda de las articulaciones, dolor nervioso |
Relaciones dosis-respuesta en la terapia láser de bajo nivel (LLLT)
Conseguir la dosis correcta realmente se reduce a encontrar el punto óptimo entre la fluencia, que es la densidad de energía medida en julios por centímetro cuadrado, y la densidad de potencia o irradiancia expresada en milivatios por centímetro cuadrado. Las investigaciones muestran que la mayoría de los casos de dolor crónico necesitan alrededor de 4 a 10 julios por centímetro cuadrado por sesión de tratamiento. Pero cuando se trata con problemas en tejidos más profundos, generalmente necesitamos aumentar considerablemente esos números. Por ejemplo, en el caso del dolor crónico de la parte baja de la espalda, muchos profesionales encuentran que necesitan aproximadamente 60 julios por centímetro cuadrado distribuidos durante diez minutos usando un dispositivo de 850 nanómetros funcionando a aproximadamente 100 milivatios por centímetro cuadrado. Sobrepasar los 120 julios por centímetro cuadrado puede causar en realidad algo de inflamación inesperada en lugar de alivio, por lo que ajustar correctamente estos parámetros es muy importante a la hora de diseñar protocolos de tratamiento.
Cálculo de la Fluencia, Densidad de Potencia y Duración del Tratamiento
Los médicos determinan cuánto tiempo deben durar los tratamientos con esta fórmula básica: los segundos necesarios equivalen a los julios por centímetro cuadrado divididos por vatios por centímetro cuadrado. Tomemos como ejemplo un dispositivo que emite 50 milivatios por cm² (lo que equivale a 0,05 vatios). Para alcanzar esos 20 julios por cm², los pacientes necesitan permanecer allí alrededor de 400 segundos, aproximadamente siete minutos. La mayoría de los equipos de consumo no indican claramente sus niveles de irradiancia, lo que significa que muchas personas podrían no estar recibiendo un tratamiento adecuado. Analizando investigaciones recientes del año pasado, descubrimos que apenas el 12 por ciento de los dispositivos disponibles comercialmente informa realmente a los usuarios sobre su densidad de potencia. Esta falta de información dificulta enormemente que las personas que realizan estos tratamientos en casa puedan saber si están logrando algún beneficio real o simplemente perdiendo el tiempo.
Desafíos en Dosimetría: Inconsistencias entre Dispositivos Clínicos y Comerciales
La estandarización sigue siendo una barrera crítica. Aunque los ensayos clínicos utilizan dispositivos calibrados con una irradiancia de ≥ 80 mW/cm², el 68% de los productos para el consumidor operan por debajo de los 30 mW/cm² (Journal of Biophotonics, 2023). Las variaciones en la alineación de los emisores, modos de pulsación y distancia de tratamiento sesgan aún más los resultados, destacando la necesidad de dispositivos aprobados por la FDA con verificación independiente de la irradiancia.
Protocolos Prácticos para Uso Clínico y Doméstico en el Manejo del Dolor
Selección de Dispositivos, Directrices de Seguridad y Buenas Prácticas
La mayoría de los dispositivos de terapia con luz roja de grado clínico funcionan mejor cuando están configurados entre aproximadamente 630 y 850 nanómetros. Este rango ayuda a lograr el equilibrio adecuado entre la profundidad con que la luz penetra en los tejidos y la absorción real por parte de las células. Al elegir dispositivos para alivio prolongado del dolor, opte por aquellos que hayan sido aprobados por la FDA y que ofrezcan al menos 50 milivatios por centímetro cuadrado de potencia de salida. La seguridad también es importante. Cualquiera que utilice longitudes de onda infrarrojas cercanas por encima de los 800 nm debe usar definitivamente esas gafas protectoras que todos siempre olvidan. Además, no mantenga la luz fija en un mismo punto por más de 10 a 20 minutos como máximo. Según algunos estudios recientes publicados en el Journal of Pain Research el año pasado, asegurarse de que la piel esté limpia antes de comenzar el tratamiento puede aumentar la penetración de la luz en aproximadamente un 18 por ciento. Mantener el dispositivo a una distancia de entre seis y doce pulgadas del cuerpo también marca una gran diferencia que la mayoría de las personas percibe, ya que esta distancia evita esa sensación incómoda de calentamiento que ocurre en aproximadamente 92 de cada 100 casos.
Regímenes paso a paso para el dolor crónico de espalda, artritis y tendinitis
Las personas que sufren de dolor crónico en la parte baja de la espalda podrían encontrar alivio a través de un plan de tratamiento que dure aproximadamente 12 semanas. El régimen implica el uso de terapia con luz de dos longitudes de onda diferentes - 660 nm y 850 nm - durante solo diez minutos al día. Según una investigación publicada en la Revista Europea de Medicina Física el año pasado, este enfoque condujo a una disminución significativa en los niveles de dolor reportados, alrededor del 41 por ciento de reducción en general. En cuanto a los casos de artritis, las personas generalmente responden mejor cuando reciben sesiones de 15 minutos enfocadas en sus rodillas, utilizando una longitud de onda de 810 nm a una intensidad de 100 milivatios por centímetro cuadrado. Estos tratamientos funcionan bien si se realizan cada dos días. Para quienes enfrentan problemas de tendinitis, los médicos suelen sugerir alternar entre luces de 630 nm y 830 nm durante las sesiones de terapia. Esta combinación ayuda a combatir la inflamación a nivel superficial y al mismo tiempo promueve la curación en los tejidos más profundos debajo de la piel.
Ajustar la Frecuencia y Duración de las Sesiones según la Gravedad de la Condición y la Profundidad del Tejido
Para problemas de tejidos profundos como la artrosis de cadera, los pacientes generalmente necesitan tiempos de exposición más largos con una longitud de onda de aproximadamente 830 nm, unos 15 a 20 minutos en total, utilizando niveles de potencia entre 120 y 150 mW por centímetro cuadrado. Por otro lado, los casos de artritis en las manos suelen responder mejor a sesiones más cortas con longitud de onda de 660 nm que duran aproximadamente de 8 a 10 minutos, generalmente realizadas cinco veces por semana. Según las recientes directrices del Consorcio de Fotomodulación de 2023, existe un enfoque recomendado donde la frecuencia del tratamiento debe disminuir a medida que los síntomas mejoran. Comience con aplicaciones diarias durante las recaídas, y luego reduzca gradualmente a dos o tres veces por semana una vez que los niveles de dolor disminuyan por debajo de una puntuación de 3 sobre 10 en escalas estándar de dolor.
Preguntas frecuentes
¿Qué es la fotomodulación en la terapia de luz roja?
La terapia de fotobiomodulación (PBMT) consiste en utilizar longitudes de onda específicas de luz para estimular la actividad celular y la producción de energía, principalmente a través de las mitocondrias en las células.
¿Cómo proporciona alivio del dolor la terapia con luz roja?
La terapia con luz roja reduce la inflamación y modula las señales proinflamatorias, ayudando al alivio del dolor al prevenir la degradación celular y mejorar la reparación de los tejidos.
¿Existen efectos secundarios de la terapia con luz roja?
La terapia con luz roja generalmente tiene efectos secundarios mínimos, como sensación temporal de calor o enrojecimiento de la piel, lo que la convierte en una alternativa más segura para el manejo prolongado del dolor.
¿Cómo debe elegirse un dispositivo para la terapia con luz roja?
Para un alivio eficaz del dolor, seleccione dispositivos aprobados por la FDA con un rango de longitud de onda de 630 a 850 nm y una irradiancia de al menos 50 mW por centímetro cuadrado.
Tabla de Contenido
- Cómo Funciona la Terapia con Luz Roja: La Ciencia de la Fotobiomodulación y el Alivio del Dolor
- Mecanismos Antiinflamatorios de la Terapia con Luz Roja en el Manejo del Dolor Crónico
- Evidencia Clínica y Eficacia de la Terapia con Luz Roja para el Dolor
-
Longitud de onda óptima, dosis y parámetros de tratamiento para alivio del dolor
- Intervalos de Longitud de Onda Efectivos: 600–700 nm (Rojo) y 800–900 nm (NIR)
- Relaciones dosis-respuesta en la terapia láser de bajo nivel (LLLT)
- Cálculo de la Fluencia, Densidad de Potencia y Duración del Tratamiento
- Desafíos en Dosimetría: Inconsistencias entre Dispositivos Clínicos y Comerciales
- Protocolos Prácticos para Uso Clínico y Doméstico en el Manejo del Dolor
- Preguntas frecuentes